Natural Cut: la colección que aporta más por menos

30 de junio de 2022

 

La cantidad de residuos que produce la industria de la moda cada vez es más preocupante, y con razón. Aunque la sobreproducción sea uno de los principales causantes, los desperdicios son muchos durante el proceso de fabricación de prendas.

Inspirados por la Dra. Michelle Dickinson, exploramos nuevas formas de hacer más con menos durante el proceso. La doctora Dickinson se especializa en nanotecnología que, en pocas palabras, es un estudio en profundidad de las “pequeñas cosas”. En nuestro sector, estas “pequeñas cosas” tienen una gran importancia. Cada pieza, cada proceso y cada decisión tiene un impacto.

Juntos recurrimos a la naturaleza para ver cómo podíamos solucionar este problema y desarrollamos este concepto de hacer más con menos. La colección Natural Cut es un homenaje a la innovación con pocos residuos que surge de manera natural en la naturaleza y explora nuevas formas de reducir el impacto en el planeta.

Hablamos con Rosalind Borwick y Lavinia Agostino del equipo de diseño de icebreaker para descubrir cómo surgió esta colección.

¿Por qué era importante crear una colección que aborde el tema de los residuos textiles?

Rosalind: Como equipo de diseño de producto, siempre somos conscientes de los residuos textiles en las diferentes etapas del proceso de fabricación de las prendas y de cómo nuestras decisiones pueden tener un impacto directo en ello. El primer impacto es el del tejido que se utilice. Por ejemplo, las prendas de punto no suelen generar mucho residuos porque se tejen con una forma específica usando solo la cantidad de hilo necesario. Sin embargo, las prendas de felpa y otros tejidos que se cortan de un rollo de tela generan varios niveles de residuos cuando se cortan los patrones. Durante el proceso de diseño, las decisiones que se toman con respecto a la ubicación de las costuras y los diferentes métodos de construcción tienen un impacto directo en la forma de los patrones y en cómo se montan, lo cual también afecta a la cantidad de residuos textiles en varios niveles. Por último, durante el proceso de ajuste, se modifican los patrones para mejorar el corte de la prenda; todo el que haya elaborado una prenda en algún momento sabrá bien la cantidad de retales con los que se acaba al finalizar. Los residuos textiles son uno de los elementos más tangibles y controlables dentro de este concepto de “residuos” tan amplio y complejo, y es algo que, como diseñadores, tenemos ganas de resolver.

Cuál es tu función en este proyecto.

Rosalind: Como diseñadora de producto, participé en la concepción y el desarrollo del proyecto, ayudando a identificar el objetivo, el problema que estamos intentando resolver y el porqué. A partir de ahí, trabajé codo con codo con nuestra diseñadora técnica creativa, Lavinia, para crear prendas con la menor cantidad posible de tela.

Lavinia: Como diseñadora de patrones y diseñadora técnica, traduje la visión de Rosalind y la convertí en algo ponible. En concreto, tuve el placer de crear patrones para la colección cápsula.

¿Qué función desempeñó la Dra. Michelle Dickinson en la creación de esta colección?

Rosalind: Michelle fue una parte fundamental de la fase de concepción del proyecto. La experiencia única de Michelle en términos técnicos y científicos nos ha permitido enfocar el proyecto desde una perspectiva diferente. Compartiendo información de proyectos y estudios pasados, nos enseñó cómo dejarnos inspirar por la capacidad de la naturaleza de resolver problemas para poder abordar el reto de los residuos textiles en el proceso de elaboración de ropa. La sinergia entre el aspecto técnico, científico, la naturaleza y el diseño es de donde surgió el proyecto y de donde partió su objetivo.

¿Cómo encontrasteis el equilibrio entre elaborar un producto que cumpla los objetivos de rendimiento y sostenibilidad y, al mismo tiempo, considerar el estilo, el ajuste y la estética general?

Rosalind: Este proyecto se vio en gran parte impulsado por nuestros objetivos de sostenibilidad, algo que no dejaríamos pasar por alto. Aparte de eso, sentimos que era importante que estos productos fueran prácticos y atractivos para impulsar la conversación y llevar este enfoque de diseño a un espacio que nos parece posible como marca y, con suerte, inspirar a otras marcas y diseñadores a pensar en los residuos textiles. Esta parte del proyecto fue uno de los elementos más emocionantes para mí, crear una colección con poco desperdicio de una manera sencilla y auténtica; me gustó explorar esa sensación.

¿Qué función desempeñó la lana merina en este proceso?

Rosalind: Como parte del equipo de icebreaker, la lana merina me apasiona. Cuando empiezas a trabajar con esta fibra y entiendes su excelencia natural, su ciclo de vida único y su potencial, te empieza a convencer más y más. Te ves convirtiéndote en una defensora natural del material, le cuentas a todo el mundo las propiedades naturales y los beneficios que aporta tanto al usuario como al planeta. Por eso la lana merina fue la protagonista principal de este proyecto, como en la mayoría de nuestros productos. Sus propiedades naturales de regulación de la temperatura y resistencia al olor son clave para la cápsula porque queríamos crear piezas modulares, versátiles y atemporales diseñadas para combinarse en capas.

¿Os encontrasteis con alguna dificultad?

Rosalind: Nuestro principal desafío consistió en crear prendas funcionales que resultaran atractivas y que permitieran una reducción de los residuos textiles. Fue una decisión consciente e intuitiva usar una tela tejida para la prenda, algo que hizo las cosas aún más difíciles. Este tejido en concreto no se puede amoldar a la forma del cuerpo. El corte y la forma de la prenda están directamente relacionadas con las formas del patrón de cada prenda. El desafío fue hacer que estas piezas coincidiesen al cortarlas en el tejido, como un puzle. Este fue el enfoque que adoptamos para crear una colección con menos residuos, usando cada centímetro del tejido. Fue un reto interesante, uno que solo se podía resolver con un conocimiento técnico del patronaje. Al igual que en la naturaleza, no hay atajos para crear algo que merezca la pena, que dure y que podamos conservar como un tesoro.

Lavinia: Desde que empezamos a trabajar en este proyecto, tuve que dejar atrás años de experiencia de patronaje convencional. Normalmente, se consigue un buen ajuste combinando formas y cortes redondeados, pero esto es precisamente lo que genera muchos residuos. La única forma de usar el 100 % del tejido era seguir formas geométricas que se pudieran combinar fácilmente, como un puzle. Partí de esa idea. Combiné estas formas de diversas maneras siguiendo nuestras medidas corporales y, después de muchos intentos fallidos, conseguí crear una prenda de ropa natural. Me pareció como volver atrás en el tiempo, jugando con la tela como una niña. No piensas en crear cortes y curvas para seguir la forma del cuerpo, solo usas el tejido tal y como está, y el resultado funciona siempre y cuando parezca una prenda de ropa.

Otro reto fue el acabado de los estilos. Tuvimos que pensar en un acabado que se pudiera integrar dentro del patrón y que tuviera una estética atractiva. El resultado fue un bajo con vuelta doble: rápido y limpio.

Fue un desafío estupendo y lo disfruté en todo momento.

¿Para quién está diseñada la colección Natural Cut?

Rosalind: ¡Para todos! Es una colección de estilo de vida, natural y que genera menos residuos, con prendas versátiles diseñadas para usarlas toda la vida.